Uno
de los aspectos que más me han llamado la atención respecto a la
obra, es la ambigüedad que existe entre las conductas y las
intenciones verídicas de los personajes, tanto de los protagonistas
como de los personajes secundarios.
Esto
lo vemos en primer plano en Calisto, quien es descrito como un joven
apuesto de noble linaje, de intenciones bondadosas y sinceras,
enamorado locamente de Melibea, a la cual honra y respeta
desmesuradamente. Sin embargo, todo esto es puesto en duda al final
del escrito, cuando el afecto que jura Calisto parece ser meramente
con un propósito físico. En el momento que va a visitar a la joven
noble, y tras intentar despojar a la doncella de sus ropas y las
objeciones de ella ante sus actos, alega: "Señora, el que quiere comer el ave, quita primero las plumas". Y después añade, "No hay otra colación para mí, sino tener tu cuerpo y belleza en mi poder". Dejando entrever su verdadero propósito.
Un ejemplo evidente de esta contraposición de objetivos y comportamientos, es Sempronio. El criado de Calisto asegura ayudarle con su mal de amores, pero realmente solo busca sacarle provecho a su señor, recurriendo a la vieja alcahueta. También lo es Pármeno, quien a pesar de jurar lealtad a su señor y tratar de prevenirle sobre la mala fama de Celestina, finalmente sucumbe ante la tentación de las riquezas y los favores de Areúsa que le promete la hechicera.
Por otro lado, la primera percepción sobre la Celestina es la de una anciana decrépita y cuestionablemente cuerda, una vieja rastrera que subsiste a base de fraudes. Pero a medida que avanza la trama, podemos apreciar la profundidad de este personaje y hasta admirarla en ciertos aspectos. La Celestina constituye una figura enrevesada que tiene gran influencia en la obra, quién manipula y desencadena gran parte de las acciones que se producen en esta.
La dualidad de un mundo desencantado, lleno de mentiras y engaños, en el cual incluso los personajes más nobles que representan el "bien", esconden sus propias pretensiones de dudosa modestia. Lo que se puede percibir incluso en las apariciones secundarias. Tal es el caso de Areúsa, quien a pesar de mostrarse afable y complaciente con Sosia, el mozo de espuelas de Calisto, lo único que pretende es saber la hora y el trayecto que hará el joven para ir a visitar a Melibea y así, consumar su venganza por la muerte de Celestina. Centurio, un amigo cercano de Areúsa, también presenta estas características, al jurar su valentía y fidelidad a la joven, pero tras su ida, busca la manera de librarse de la venganza encomendada, encargándosela a Traso.
Para concluir, quiero destacar la gran maestría de los autores al desarrollar psicológicamente y de forma tan bien lograda las personalidades y caracteres de los personajes, sin buscar mostrar una realidad idílica, sino lo decadente de las relaciones sociales que se establecen entre los personajes y sus intereses puramente materiales.
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